Carlos Chavez
- Jesús Zabala
- 5 mar 2015
- 4 Min. de lectura

Carlos Antonio Padua Chávez Ramírez, nació en Popotla (13 de junio de 1899) comienza sus estudios musicales bajo la tutela de Manuel Ponce, educación que abandona luego. De temprana edad, ejerció un cargo de editor musical en una revista literaria y desde entonces “Chávez imaginó un camino a seguir sorprendentemente claro y audaz para la música mexicana, al cual volvería tenazmente durante toda su vida” (Saavedra, 2000, p. 126). Debido a su formación periodística, le fue fácil leer textos sobre la situación musical y cultural de México.
LEGADO
Como figura pública, dejó un gran legado en diversas instituciones de gran importancia, que regía siempre bajo sus principios de nacionalismo y organización, donde destacan la Orquesta Sinfónica de México, el Departamento de Bellas Artes y el Conservatorio Nacional de Música.
Además de estar muy bien relacionado con los gobernantes y políticos de su época, fue un hombre que tuvo un gran interés en la política de ese país, que le sirvió de inspiración, a lo cual llamo Arte Proletario.
El arte proletario goza y sufre de las mismas ventajas que el proletariado mismo. En este, distinguimos al obrero y al campesino. Este último es el caso más profundo de producción artística; tiene en su favor un medio físico saludable, libertad de acción, contacto franco con sus semejantes, su trabajo, arduo, no es agobiador como en el caso del obrero, (…) Como detalle curioso para recordar, que mientras las instituciones académicas artísticas mexicanas de la burguesía se pasaron los últimos setenta y tantos años en tratar de producir un “genio” musical o pintor, sin lograrlo, entre el campesinaje mexicano florecía un arte proletario jugoso y fresco que teniéndolo en las narices de nadie en la ciudad había visto. (…)… de nuestra conciencia de clase, saldrá un arte proletario, un arte limpio, sano, fuerte y jugoso que circule por todos los ámbitos, entre la gran masa, sin limitaciones comerciales; un arte del proletariado para el proletariado, que responda, hoy, a la inquietud más fuerte que la emotividad humana es capaz de alcanzar; el sentimiento de la justicia social. (Chávez, 1934 citado en Estrada, 2009-2010, p. 16)
Su interés para masificar la música de concierto no lo logró, un ejemplo es el intento de difundir dos obras: una sinfónica, para coro y orquesta, de nombre: “Llamadas, Sinfonía Proletaria” y un mural hecho por el artista Diego Rivera cuyo nombre es: “Así será La Revolución Proletaria”. Ambas obras vinculadas entre sí y consideradas arte oficial de izquierda, pensaban los artistas que iban a ser difundidas masivamente por el apoyo que supuestamente le iba a dar el Departamento de Educación. Cuatro años más tarde, es cuando se difunde su obra con el apoyo del Departamento de Bellas Artes, que respalda su motivación, pero no llegó al nivel educacional propuesto, por lo cual no llegó a la clase proletaria.
Al fin, el gobierno concede y publica (…) un discreto número de ejemplares de la partitura con fotografías de las 17 secciones del mural dando además relieve al texto completo de los corridos que utiliza la música. (Estrada, 2009-2010, p. 17)
En la vida pública de Chávez, se consiguen múltiples controversias debido a declaraciones y discursos donde considera a varios autores como charlatanes de la música nacionalista, por lo cual tuvo una cantidad de “enemigos” que lo tildaban de agitador o calificaban su música de bufa y grotesca. Recibió diversas críticas por su acción contradictoria al publicar “México no necesita doctores, ni bachilleres en música”, en El Universal en julio de 1929, tiempo en el que fue director del Conservatorio Nacional de Música, y reestructuró el pensum académico de aquella institución, con el deseo de formar a jóvenes músicos.
Su estilo es único para difundir su trabajo y obra, ya que escribe artículos, expone ideas, se defiende, sobre todo para proteger su reputación como el compositor más importante de México y Latinoamérica, al lado de Villa-Lobos y Ginastera, rechaza la apreciación de quienes nombran a Revueltas como miembro de este grupo.

OBRA
Toda su obra presentó un gran apego al nacionalismo, pero debido al constante cambio de las corrientes musicales, a mediados del siglo XX, y su situación laboral, ya no se encontraba en cargos públicos, tuvo un cambio en su estilo, es ahora vanguardista, nuevo y cosmopolita. En el momento que fue el máximo representante nacionalista, su obra indigenista y representativa del mestizaje, tiene ese “algo” de la música europea. Ejemplo, era el modelo que tenía con el “Grupo de los Cinco” de Rusia, queriendo establecer una escuela de composición mexicana, igual que los rusos, con principios e influencia puramente nacionales, de corrientes tradicionales y folclóricas, Chávez (1930 citado en Picún & Carredano, 2012, p. 14), escribe: “los músicos debemos conocer nuestra tradición. Mientras eso no sea, los compositores no harán música mexicana y seguirán diciendo que hay que continuar la tradición europea porque la tradición mexicana no existe”. Pocos músicos mexicanos creyeron en esto, debido a la importante parte de su carrera hecha en Nueva York.
La tradición, en su significado mejor, debe considerarse como la suma de la conciencia de un país a través de su pasado. (…) Hay pueblo que tiene una tradición bien lograda, México no. (…)
Actualmente se habla de insistencia de “nacionalismo”. Es este un síntoma de que México quiere definir su personalidad en todos los órdenes, en la ciencia, en el arte, en la legislación.
(…) El “estilo nacional” será el resultado del conocimiento mutuo de los mexicanos, y del país mismo en todas sus manifestaciones. (Chávez, 1930 citado en Picún & Carredano, 2012, p. 16)
Tuvo rechazo hacia los músicos que se inspiraban en corrientes de vanguardia o que realizaban estudios en el extranjero, allí entra Julián Carrillo, muy criticado por Chávez, al punto de no considerarlo compositor. Realizo diversas obras de fin político, durante un tiempo cuando era cabeza del Departamento de Bellas Artes. Posee un gran repertorio, entre sus primeras obras se percibe claramente la influencia de Debussy y Ravel, criterio que fue madurando hasta que se convirtió en el nacionalismo por excelencia, donde resaltan sus ballets: “Cuatro Soles”, “El Fuego Nuevo” y “HP”, “Llamadas, Sinfonía Proletaria” y “El Sol” son la máxima expresión de sus valores de socialista, marxista y revolucionario, su “Sinfonía India”, obra bastante interesante es un trabajo cuestionado, debido que los cantos y melodías utilizados por Chávez, fueron recopilados por alemanes. Y finalmente, su concierto para piano, es considerada su obra más alejada del nacionalismo mexicano.
Comments